Titi está decidida a llevar a cabo su plan para ayudar a Celeste a enfrentar sus miedos y romper con las ataduras que la han mantenido cautiva. Sabía que un encuentro con Nadir podría ser la clave para que Celeste finalmente se liberara de las sombras del pasado y abrasé su autenticidad.
Después de organizar el fin de semana en el rancho de sus abuelos para Celeste y Lucas, Titi tiene que encontrar una manera de llevar a Nadir hasta allí sin levantar sospechas. Sabía que tanto Ricardo como Lorenzo podrían estar vigilantes, y tenía que asegurarse de que el encuentro fuera discreto y seguro.
Después de pensar mucho, finalmente lo llama.
“Buenas noches, nadir, ¿Sabes quién soy?”
“Su voz es inconfundible, señorita Titi”
“En efecto, guapo. Y sé que te estás preguntado el porqué te estoy llamando a estas horas. Bien, seré sincera e iré directo al grano. Se que estás enamorado de celeste y quiero hacerte una propuesta”
Las palabras de Titi resuenan en el aire, creando un breve silencio, Nadir siente su corazón acelerarse aún más, mientras su mente lucha por encontrar las palabras adecuadas para expresar sus emociones.
“¿Qué?, disculpe, yo no…” Manifiesta muy nervioso.
“No tienes que disimular conmigo, se perfectamente que te mueres por los huesitos de mi amiga y lo que tengo que proponerte será el inicio de tu relación con ella. Pero todo dependerá de ti”
“Disculpe que se lo diga y no quiero que lo tome a mal, señorita. Pero me he quedado sin palabras ante tanta tontería.”
Nadir trata de no ser tan evidente, aunque la señorita Titi es amiga de Celeste, puede ser una trampa y caiga en su desesperación.
“Celeste necesita enfrentar sus miedos y tomar decisiones importantes en su vida. Si estás dispuesto a ayudarla, te espero mañana en la tarde en Saratoga County. Te enviaré a dirección exacta. Cuando llegues, por favor, lleva tres pizzas de queso y tocino, le encantan a Celeste.»
Las palabras de Titi resonaron en la mente de Nadir, creando un torbellino de emociones en su interior. La idea de pasar un fin de semana en el rancho junto a Celeste, con la intención de tener una conversación sincera y abierta sobre sus sentimientos, era tanto emocionante como aterrador.
“Señorita…”
“No habrá otra oportunidad y lo sabes. Si quieres empezar a que te note, debes hablar directamente. Y por favor, que tenga queso extra.”
“Disculpe, pero no es correcto, que trate de planear un encuentro íntimo con la señora Di Marco”.
“Si quieres ir más halla de una charla amena, me doy por bien servida. Te entiendo, la carne también es mi debilidad, cuando el corazón habla, el cerebro se descontrola. ¡Ay, el amor!”— deja oír su risa pícara.
“No quise decir eso. Solo que no es correcto…”
“Shh… no digas nada más, te espero y por lo que más quieres, debes ser discreto, ni Lorenzo o Ricardo, deben sospechar de tu destino. Tres pizzas grandes con queso extra y tocino. Bye”
“Se… señorita Titi…”
Después de su conversación telefónica con Titi, Nadir se encuentra inmerso en un torbellino de emociones y pensamientos. Sabe que la idea de un encuentro más íntimo con Celeste podía ser un paso crucial en su futura relación, pero también entiende que traerá consigo un riesgo significativo.
Se sienta en su cama, dejando que la gravedad de la situación se asentara en su mente. El miedo a lo desconocido y las posibles consecuencias de sus acciones lo atormentan. A pesar de sentir una conexión profunda con Celeste, los obstáculos y las complicaciones no pueden ser ignoradas.
“Sí que es bonito pensar que, algún día, Celeste pueda mirarme diferente y corresponder mi cariño, pero debo ser realista, ella está sumergida en su mundo y yo no tengo entrada. Aunque, Si la señorita titi cree que podemos estar juntos, es porque ella le ha dicho algo y… ¡No! No puedo hacerme ideas erróneas.”
Entonces Nadir recuerda cómo ha comenzado a sentirse atraído por Celeste, desde el momento en que la conoció. Ha sido un proceso gradual, marcado por su dedicación a protegerla y estar ahí para ella en cada momento difícil. Pero ahora, enfrentaba un paso que podía cambiarlo todo, para bien o para mal.
Siente una mezcla de emoción y ansiedad. Quiere ser honesto consigo mismo y con Celeste, pero también entiende que la verdad puede desencadenar una serie de eventos impredecibles. No solo está en juego su futuro con ella, sino también la dinámica en su hogar y la situación con Ricardo.
El peligro es real, pero también lo es la posibilidad de encontrar la felicidad juntos.
“Debo de dejar de pensar en tonterías”
Se tumba sobre la cama, mientras el tiempo pasa lentamente, entre tanto se sumerge en sus pensamientos. Finalmente, después de un profundo suspiro, toma su decisión.
«Considero que debo estar enloqueciendo», reflexiona mientras coge el teléfono y busca un contacto en su lista. Antes de marcar, sostiene el dispositivo en su palma, experimentando una combinación de nerviosismo y resolución. Sabía que la conversación que tendrá con Celeste puede cambiarlo todo, pero también entiende que puede enfrentar un peligro mayor al desafiar a Ricardo. Con un suspiro marca el número y espera que contesten, tras unos segundos una voz somnolienta contesta al otro lado de la línea.
«¿Nadir? ¿Qué demonios estás haciendo llamando a esta hora?»
“Hola, Luciérnaga, disculpa la hora. Pero necesito tu ayuda”
“¡Joder! Te escucho” deja un gran bostezo.
“Necesito desaparecer el fin de semana sin que Lorenzo se entere a donde voy. ¿Puedes cubrirme?”
“Si quieres perderte conmigo. No hace fata que busques excusas, tigre” deja oír una pequeña risa.
“Me encontraré con Celeste”
«¿Estás loco? ¿Sabes lo que estás haciendo? Celeste es la esposa de Ricardo Lewis, uno de los hombres más peligrosos de la ciudad.»
Un silencio momentáneo en el otro extremo de la línea aparece, y Nadir puede sentir la tensión en el aire.
“¿Me ayudarás o busco a alguien más?”
“¡escúchame bien, idiota! Eres mío, no pienso compartirte con nadie.”
“¿Si o no?”
El silencio incómodo regresa, solo puede oír la respiración agitada de la luciérnaga. Sin duda le molesta que el corazón de Nadir nuca pueda elegirla. Y aunque tenga su cuerpo cuando a ella le apetece, su espíritu está con celeste.
“Espero que recompenses mi esfuerzo.”
“Gracias por todo”
“No me lo agradezcas de palabras. Sabes lo que quiero”
“Cuando lo pidas”
“Odio que lo manifiestes de esa manera, como si hacerlo conmigo, fuese una obligación. Quiero que nazca de ti, que tomes a iniciativa, que me desees, que en verdad quieras coger conmigo”
“Sabes que solo puede ocurrir cuando se ama o, cuando se es, tan poco hombre, como para mentir de manera tan descarada.”
“¡diablos! Eso me hace quererte más. Qué suerte tiene a miserable, de que la ames tanto. Ojalá, valore tu amor.”
“Gracias, de nuevo”
“De nada” responde esta vez, casi resignada.
Deja un comentario