Vínculo prohibido: El vínculo que crece

Catalina, después de ofrecerle algo de comer a Lucas durante la recepción, lo lleva a dormir siguiendo las instrucciones de Ricardo.
—Es hora de ir a la cama, mi pequeño travieso— Con una sonrisa afectuosa, le acaricia la cabeza.
—Mamá me dio permiso de comer una galleta antes de ir a la cama.
—Solo una— sonríe.
—¡Sí!
—Ve a despedirte de tus padres. Será una larga noche para ellos.

El pequeño Lucas se despide cariñosamente de sus padres y regresa junto a catalina que lo lleva al interior de la casa.
Mientras se alejan, el niño no puede evitar mirar hacia atrás una última vez y sonreír, haciendo un ademán de despedida hacia sus padres y los invitados que aún disfrutan de la recepción. Una vez en su habitación, Catalina le ayuda a ponerse el pijama.
—Antes de que leas mi cuento, quiero una galleta. Por favor.
—Está bien. Vamos.

Cuando Catalina y Lucas llegan a la cocina, se encuentran con una escena inesperada: Nadir, el guardaespaldas, está disfrutando de algunos bocaditos. Con una sonrisa amigable, Nadir les saluda a ambos mientras habla con la boca casi llena. ——Buenas noches. No estuve aquí— trata de irse a prisa— es que esto en verdad está bueno —, comenta entre bocados, y llevándose unas galletas.

Lucas, con una mirada curiosa y divertida, ríe.
—Te ves muy gracioso.
— No es fácil hablar con la boca llena— responde Nadir.
Ambos comparten una risa amistosa, estableciendo un momento de complicidad. Lucas, mostrando su lado amable, ofrece a Nadir un vaso con leche como gesto de camaradería. Sin embargo, Nadir, duda en la oferta, pues Catalina siempre lo mantiene a cierta distancia, por órdenes de sus padres y él sabe que es lo correcto.
—Descuida, papá está en la fiesta, no va a enterarse. —dice el pequeño sentándose a la mesa.
—Si a Catalina no le molesto, lo acepto—responde Nadir.
—Solo es un vaso con leche— agrega la niñera, con una ligera sonrisa en los labios, pues, nadir no le cae nada mal. Es más, lo ve atractivo y muy interesante, todas las mujeres que trabajan en la casa, lo miran con cierto deseo.
Nadir se sienta al lado de Luca si le pregunta sobre el evento.

—Estaba muy aburrido, no me gustó la ropa. Mamá hace bonitos vestidos, pero a papá no le gusta que los haga.

Esa respuesta hace que Catalina mire a Nadir, y busca la manera de cambiar esa respuesta, aunque sabe que él, al igual que todo en la casa, saben perfectamente la situación en al que viven tanto Celeste como Lucas.
Nadir la cuneta un chiste y olvidan lo dicho. Poco después los tres están riendo, comiendo algunos bocaditos extras. La interacción entre Lucas y Nadir revela la relación amistosa y cercana que han desarrollado a pesar de las limitaciones que puedan existir debido a la posición de Nadir como guardaespaldas.
Cuando Lucas termina su leche, Catalina lo lleva de regreso a su habitación.
—Hasta mañana Nadir.
—hasta mañana amiguito— responde el guardaespaldas.
Aunque su papel principal es garantizar la seguridad de la familia Di Marco, también ha desarrollado un vínculo cercano con ellos a lo largo de esos meses. Al ver a Lucas despedirse de él con un gesto tierno y sincero, no puede evitar esbozar una sonrisa discreta y asentir con aprobación.
Mientras la reunión sigue en marcha, después de su breve interacción en la cocina, Nadir decide abandonar el espacio y regresar al jardín petición de Octavio. Apenas pasan unos minutos cuando su teléfono móvil comienza a sonar, y al ver la llamada entrante, nota que es el señor Lorenzo. Contesta la llamada y escucha atentamente mientras el señor Lorenzo habla del otro lado. Su jefe le informa que debe preparar el auto, ya que se dirigirán a la empresa.
Nadir encuentra curioso que el señor Lorenzo quiera ir a la empresa durante la fiesta, pero comprende que su posición como padre del dueño le otorga ciertos privilegios. De camino a la empresa, llama al guardia de seguridad, para informar que llegara para recoger unos documentos importantes que su hijo olvido en la oficina.
A llegar, el guardia de seguridad lo deja pasar sin problemas, saludándolo respetuosamente. El viejo agradece y sigue adelante, guiando a Nadir al ascensor, se mantiene en silencio y muy tranquilo. Cuando llegan al piso siete, Lorenzo saca una llave y abre la puerta y de inmediato se dirige al ordenador, la enciende y busca algo.
—Nadir, no te quedes ahí, detrás de este cuadro está la caja fuerte. Te daré la combinación para que la abras.
Aunque Nadir siente cierta duda e inseguridad sobre las acciones que está tomando, sigue las órdenes de su jefe, consciente de su lealtad y compromiso con la familia Di Marco. Al abrir la caja fuerte, encuentra diversos elementos, como estuches, chequeras, dinero en efectivo y un folder de papel. Aunque no examina su contenido detenidamente, puede notar que son dibujos coloridos, más su atención se centra en el pedido del señor Lorenzo que, sin mirar directamente a Nadir, le indica que saque un fajo de dinero.
Ante esta situación inusual, Nadir se sorprende al darse cuenta de que el señor Lorenzo está intentando robarle a su propio hijo. Confundido y en desacuerdo con lo que está sucediendo, decide cuestionar nuevamente al señor Lorenzo, buscando claridad en medio de la confusión. Pero la orden sigue siendo la misma; debe tomar un fajo de dinero y cerrar la caja fuerte.
Aunque el desconcierto y la incredulidad inundan su mente, Nadir procede con precaución y sigilo. Cuidadosamente, mete la mano para tomar el dinero y es el folder, lo que atrae su atención y cuál fuerte corazonada, no duda en tomar los dibujos y guardarlos en el interior de su saco. Luego, cierra la caja fuerte y coloca sobre la mesa el dinero. Lorenzo sonríe y lo mete al bolsillo de su saco, cierra la laptop y toma un folder antes de abandonar la oficina.
Se dirigen rápidamente al ascensor, Lorenzo ahora se ve emocionado. Al salir, se despide del guardia, mostrando el folder en la mano, con Nadir manteniendo su semblante serio. Unos minutos después de alejarse de la empresa, el señor Lorenzo rompe en una carcajada y sin pérdida de tiempo toma su teléfono y realiza una llamada.
«Tengo tu dinero. Perfecto, nos encontramos ahí.», le dice Lorenzo, dejando al descubierto antes Nadir que el misterioso plan que ha estado ejecutando, es para pagar otra deuda del club.
Corta la llamada y le pide que lo lleven al puente de Manhattan y le recuerda que trabaja para él y que lo que vio no es un robo, solo un préstamo que devolverá en unos días.
Nadir conduce hasta el otro punto de la ciudad, donde el auto se detiene un poco después. Ahí, ya los esperaban. El señor Lorenzo baja del auto y sube a otro vehículo. Mientras este intercambio tiene lugar, Nadir aprovecha el momento para examinar el folder que tomó anteriormente.
Con asombro, descubre que los diseños en el folder están firmados por Celeste Di Marco. Su rostro se ilumina con satisfacción, pues Ricardo, antes de borrar los diseños de Celeste, había tenido la precaución de fotocopiarlos ¿Por qué motivo?
La emoción de Nadir es tanta, pues comprende la importancia de estos diseños para Celeste y su confianza en el próximo lanzamiento de su marca. Recordando la conversación que tuvo con ella aquella noche en que se embriagó y compartió su dolor por la pérdida de los diseños, Nadir se siente aún más motivado para hacer lo correcto y entregarle los diseños.
Lorenzo regresa al auto, feliz tras pagar su deuda, nadir solo lo observa por el espejo y pone en marcha el auto. Al llegar a casa, descubre que la celebración sigue su curso, aunque algunos invitados ya se han retirado.

—Guarda el auto y diviértete un poco, yo me iré a dormir — le pide Lorenzo.

Nadir está guardando el auto en la cochera, cuando ve a Ricardo subirse a su deportivo e irse junto a dos modelos y Luca; el fotógrafo.
La ausencia de Ricardo en ese momento resulta ser una oportunidad favorable, ya que Celeste se encuentra sola en medio de la celebración. Esto crea un ambiente propicio para que se acerque y hable con ella.

Seguir leyendo

Loading


Deja un comentario

error: Contenido protegido
A %d blogueros les gusta esto: