Leyendas de Silverlight – Capítulo 10. Si las paredes hablarán

—Ey, —una voz se escucha a lo lejos —ey, levántate.

Asta parpadea con algo de pesadez, sintiendo como su cuerpo permanece adormecido y la sensación de ahogamiento oprime su pecho de manera dolorosa.

—¡Asta! —grita en un murmullo Dhyani

—Oigan, alguien se acerca. —el murmullo de Twyla se escucha en la habitación

—Les dije que debíamos ir a su torre. —responde enojado Milo —Ey, amigo, al fin despiertas.

El niño intenta preguntar lo que ocurre, pero no es capaz de decir nada, solo escucha un chillido suave que le regresa a lo que había pasado antes de quedarse inconsciente. Alterado, mira a su alrededor, notando como se encuentran en lo que parece la base de una de las torres, aunque está seguro que esta no es la de Vacío, pues luce mejor cuidada y con pequeñas luciérnagas guiando su camino; agita las alas hasta levantarse un poco, preparándose para transformarse.

—Sabía que habías sido tú. —una voz femenina acusadora se escucha

Volteando hacia la puerta, Asta puede ver a Via, con un camisón blanco y su cabello rubio recogido en una coleta despeinada. Por un segundo, el niño demonio olvida que aquella princesa no es otra que la niña que corría alegre por los árboles del bosque que algún día fueron su hogar.

Los niños en la sala intentan disimular que no saben de lo que hablan, aunque la mirada que la adolescente les dedica deja en claro que no está sirviendo de mucho. Asta se aparta un poco, volviendo a elevarse del suelo lo suficiente para poder transformarse.

—Via, escucha…—dice Asta aun intentando recuperar el aire

—¿Qué? ¿Qué tengo que escuchar? —dice con molestia la chica —Adelante, explica que es lo que acaba de pasar.

Incluso sus amigos se le quedan viendo, interesados en la respuesta; sintiéndose incómodo, el niño se da un momento para respirar y pensar que decir ¿Cómo explicar que aquella cosa si quiera existe?

—Yo, —empieza a decir nervioso —mira no sé qué era esa cosa pero estoy seguro de que necesitaba que escuchará algo.

—¿De qué estás hablando, Asta? —pregunta en voz baja Milo —No había nada más contigo cuando te encontré.

—Era…—Asta se detiene, apartando la mirada de Via —una criatura extraña…parecía un dragón hecho de humo con…

—Ojos rojos, claro —interrumpe Via realmente molesta —¿En serio? ¿Otra vez ese cuento?

Twyla y Enid comparten una mirada por un instante, ambas parecen haberle creído al niño, lo que de alguna forma lo hace sentir mejor. Milo, de forma disimulada, le recorre con la mirada de arriba a abajo, mientras que Dhyani permanece de lado con la boca abierta probablemente imaginando como es aquella criatura.

—La Bestia de caos. —murmura Enid con emoción

—¿Perdón? —pregunta Via confundida volteando a ver a la chica

La mirada de Asta también se centra en su amiga, pensando si en realidad aquella criatura tiene un nombre. El alivio en su pecho no tiene comparación, es como si por primera vez desde aquella noche tuviera una prueba de que no fue él quien estuvo detrás de la muerte de su hermano, de que tal vez no estaba tan loco como todos afirmaron y que podría tener la consciencia tranquila aunque sea por un minuto.

—La Bestia de caos, —repite Twyla mucho más seria que su amiga —es una criatura tan antigua que la mayoría parece haber olvidado su existencia.

<<Se dice que fue creada como parte de una maldición contra el reino de Silverlight; su alma fue removida de su cuerpo y obligada a vagar por el Bosque de los Lamentos por la eternidad. Algunos de los trolls más ancianos creen que si alguien es marcado por aquella bestia, es porque su destino está ligado a la maldición.

La sala queda en silencio, mientras los niños se observan entre sí. Asta mira su mano temblorosa y herida, recordando que aquella garra le atrajo hacia si por dicha ala: el vendaje sencillo que Finn le había ayudado a colocarse antes de dormir esta quemado casi en su totalidad y la piel expuesta de la mano muestra antiguas cicatrices que para este punto conoce de memoria, sin embargo, una mancha negruzca cubre el dorso de su mano, una marca sin alguna forma entendible para él, solo parecen ser líneas y círculos dispuestos al azar.

Via suspira, realmente agotada y sin estar dispuesta a discutir fantasías infantiles por más tiempo; con algo de diversión, Asta logra reconocer aquella mirada que los gemelos solían compartir cuando Valley decía alguna tontería que había escuchado al anciano troll mencionar en el bosque.

—Suficiente, —dice con fastidio la adolescente —me voy. Y más les vale que hagan lo mismo pronto.

Ninguno de ellos entendió aquello, sin embargo, no hubo mucho tiempo para reaccionar pues, de la nada un fuerte estruendo empieza a escucharse. Un rugido seguido de varios cristales y algo realmente pesado cayendo con fuerza contra el suelo.

Los seis niños y la joven salen apresurados hacia el patio, donde ya varios alumnos y profesores se encuentran reunidos, mirando con asombro y miedo la torre de Vacio. Los ojos de Asta se abren sorprendidos al encontrarse con la punta de la torre destruida en el suelo, la manera y el estado actual de la torre podrían explicar la caída, sin embargo, el corte en diagonal, casi como si una garra la hubiese arrancado del lugar le hace saber que esto tuvo a alguien detrás: La Bestia de caos.

—¡Asta! —grita preocupado el profesor Alarik corriendo hasta encontrarse frente a él —¿Qué ocurrió? ¿Estás bien?

La angustia en el tono del profesor le recordaría en otro a momento a su padre siendo sobreprotector, aunque su mente en estos momentos esta pensando en algo totalmente alejado de Lucifer y sus problemas como padrastro.

—¿Dónde está Finn? —pregunta con un hilo de voz

Sin apartar la mirada de los escombros de la torre, comienza a avanzar hacia allá sin darse cuenta.

—No lo sé, vinimos tan pronto como la torre se desplomo. —responde apresuradamente —Lo que sea que haya causado esto iba tras alguno de ustedes.

—¿Pero por qué…? —su pregunta queda incompleta, cuando un grito angustiado se escucha por todo el patio

—¡Ya esta aquí! —dice una mujer anciana que Asta reconoce de los guardianes del Submundo —¡Finalmente ha alcanzado el corazón de Silverlight!

—¿Quién? —pregunta la señorita Gaia asustada —¿Qué es lo que sabe de esto?

—Así inicio en el Submundo, una desaparición que hará imposible que sigan ignorándole…

La anciana ríe con malicia mientras avanza hacia la torre caída.

—La Bestia vino del Bosque y no descansará hasta cumplir su propósito. —dice entre risas la mujer —Y parece ser que ha cobrado su nueva víctima.

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