Ciudad de Geon, 27 de agosto del año 2248dBS
A mi amada esposa Kramil
Han pasado seis días desde la, oficialmente, última carta que te escribí y supongo que ya te fue entregada, pero quiso el destino que pudiera escribirte tras librar varias escaramuzas en el viaje desde Xynichov hacia la ciudad puerto de Geon, entrando así a territorio sweetlianés.
Las menciones de los heraldos y soldados xynichovenos nos fueron de gran provecho y nuestro avance, aunque accidentado, fue lo más fluido posible, pues tan solo tardamos cinco días en llegar a la zona portuaria donde nos encontramos con la férrea, valiente y desesperada resistencia del ejército de Paridum y la Legión de los Escudos Azules, con quienes hemos formado alianza y empezado a coordinar un ataque para liberar Sweetlen de las fuerzas malignas. Dicho movimiento esperamos llevar a cabo en la madrugada de mañana o, al menos, cuando esté clareciendo ya que aquí, si bien hay una neblina poco desarrollada, resulta suficiente para ocultar el sol y confundir las horas, debiendo guiarnos por el cansancio de la vista para ir a dormir en la noche y despertando en tanto se escucha el canto del gallo.
Mañana será un día clave, la ansiedad es aún mayor y algunos soldados lo hacen notar pues poco ha sido el descanso que hemos tenido. Yo nada más confío en que tú, estando lejos y protegida de todo el peligro que aquí asecha, estés pidiendo a tus dioses la protección de mi alma a fin de salir bien librado de esta noble campaña que ha de ser recordada con orgullo, versada por los juglares en las plazas y transmitida de generación en generación.
Un beso y un abrazo a la distancia.
Melfor Barodil, hijo ilustre del linaje Barodil y General al mando del Ejército de Kranis,
**
El 28 de agosto de 2248dBS (2aETM) ocurre la Batalla (o Desastre, según versaron los kranisianos) de Sweetlen, donde el batallón Barodil, junto a la Legión de los Escudos Azules y el ejército paridumiano, enfrentaron a las legiones de muertos vivientes que les superaban en número y destreza, pereciendo de manera rápida y aplastante.
El General Comonte, en medio del caos, consiguió salvar el cuerpo sin vida del General Melfor y, junto a un reducto de paridumianos sobrevivientes, escaparon hacia el reino de Calafur, donde cremaron el cuerpo del heraldo Barodil y le rindieron honores por su servicio a la causa sweetlianés. Los restos del otrora hijo ilustre de Kranis fueron reunidos en un ánfora que luego le fue entregada a su hijo, el General Kasym Barodil.
Deja un comentario