Vínculo prohibido: Renacer a la Felicidad: El Apoyo de Titi

Celeste despierta con una sensación de pesadez y confusión por los acontecimientos de la noche anterior. Sin embargo, su despertar se ve interrumpido por la llegada de su querida amiga Titi. La presencia de Titi siempre es reconfortante y Celeste agradece tenerla en su vida como un apoyo incondicional.

Titi se acerca a Celeste con una expresión de preocupación en su rostro y la abraza con ternura. Ambas han compartido momentos difíciles y se han apoyado mutuamente en sus vidas personales y profesionales.
—¿Estás bien, mi querida? Te ves fatal—, se acerca Titi con una taza de café que deja sobre el velador.

Celeste agradece el gesto y toma la taza para aspirar un poco de ese delicioso aroma que tanto le gusta.
—Maldito alcohol, raras veces aprendo—, dice Celeste con un suspiro mientras toma un sorbo del café.

Titi sonríe comprensivamente. —No te culpes, cariño. Todos tenemos momentos de debilidad. Lo importante es que te cuides y te sientas mejor.
—Gracias por estar aquí, Titi. Significa mucho para mí.

—Siempre estaré aquí para ti—, responde Titi con calidez. —Ahora, ¿quieres hablar sobre lo que sucedió anoche o prefieres descansar un poco más?

Celeste suspira y trata de esbozar una sonrisa. —Anoche fue una pesadilla. Ricardo me destrozó emocionalmente y siento que no puedo más.

Titi asiente comprensivamente. —Lo sé, cariño. Siempre he visto lo manipulador y egoísta que puede ser. Pero recuerda que estás rodeada de personas que te aman y te apoyan, incluyéndome a mí.

Celeste se siente reconfortada por las palabras de Titi y la calidez de su abrazo. —Gracias, amiga. No sé qué haría sin ti. Me siento tan perdida y vulnerable en este momento.

Titi acaricia suavemente su mejilla. —No te preocupes, estaré aquí para ti. Vamos a superar esto juntas. ¿Quieres hablar sobre lo que sucedió anoche?

Celeste asiente, y entre lágrimas, le cuenta a Titi todo lo ocurrido con Ricardo, los diseños borrados y la humillación que sufrió. Titi la escucha atentamente, ofreciéndole su hombro para llorar y su apoyo incondicional.

—Siempre he dicho que es un perro miserable, sin ofender a esa criatura de Dios. Llegará el día en que pague por todo el daño que te hace. No mereces ser tratada así, y él necesita saber que no puede pisotear tus sueños y ambiciones.
Celeste siente un rayo de esperanza al saber que Titi está de su lado. —Gracias, Titi. Eres la mejor amiga que alguien podría desear.

Titi sonríe. —Lo sé, soy increíble, ¿verdad? —, bromea para aligerar el ambiente.
Luego de unas palabras reconfortantes, Celeste deja la cama y se asoma por la ventana para respirar ese aire fresco de la mañana y sentirse menos prisionera, entonces ve a Nadir lavando el auto. Su presencia despierta emociones encontradas en ella, pero algo en su mirada y su figura la atrae de una manera especial. Titi se acerca y nota la fascinación de Celeste por Nadir, así que decide preguntarle sobre ello.

—Yo también me perdería eternamente en esa hermosa figura— menciona Titi, algo picará.

Celeste, sonrojada, titubea un poco antes de responder. —Es solo que… Anoche, en medio de toda la confusión, terminé besándolo.

Titi abre los ojos sorprendida y emocionada. —¡¿Qué?! ¿Cómo fue eso?, tienen que contármelo todo, con detalles minuciosos.

La toma de la mano y la llevé de vuelta a sentarse a la cama.
—¡Por dios Titi, no quiero recordarlo, fue tan vergonzoso, me pasé de copas, él llegó para ayudarme y… en verdad quisiera tener amnesia después de beber, pero lo recuerdo todo—se acongoja.

Luego Celeste le cuenta sobre el encuentro que tuvieron en el estacionamiento y como Nadir la consoló y la abrazó, y cómo, en un momento de vulnerabilidad, se dejaron llevar por el beso inesperado.
—Es como de película.
—Fue como si hubiera una conexión especial entre nosotros en ese momento—, confiesa Celeste. —Fue extraño, pero también… reconfortante. Él me besó, correspondió a ese beso, fue… especial.

Titi sonríe con complicidad. —Parece que hay una chispa entre ustedes dos. Tal vez deberías explorar esa conexión.

Celeste se siente un poco confundida por sus sentimientos hacia Nadir, pero también intrigada por la idea de descubrir más sobre él.

—No sé, Titi. Es complicado, estoy pasando por tantas emociones ahora mismo—, admite Celeste.

Titi la abraza cariñosamente. —Lo entiendo, cariño. Solo recuerda que mereces ser feliz y que nadie tiene el derecho de lastimarte. Si Nadir te hace sentir bien y te cuida, tal vez deberías considerar darle una oportunidad.

—Aprecio tu consejo, pero es demasiado pronto para que lo digas. No estoy interesada en conocer a otro hombre. Mi prioridad es mi hijo.
—Entiendo tus preocupaciones, Celeste, pero también es importante recordar que mereces ser feliz y tener momentos para ti misma. Entiendo que ser madre es una responsabilidad enorme, pero también eres mujer y mereces ser feliz. Ricardo no te merece, esos años de infierno a su lado no deben definir tu futuro. Ha llegado el momento de levantar la cabeza y permitir que tu corazón ame de nuevo, que encuentres la felicidad que mereces.

Celeste escucha las palabras de su amiga con atención, sintiendo un nudo en la garganta.
—Es difícil, Titi. Me siento atrapada en esta situación.

—Tienes el poder de cambiar tu vida, cariño. No permitas que el miedo o la culpa te detengan. Piensa en ti misma, en lo que realmente deseas y mereces.

Celeste asiente, dejando escapar una lágrima. —Sé que tienes razón, pero también me preocupa Lucas. Él es mi mundo y no quiero hacerle daño.

—Tus decisiones siempre serán con el bienestar de Lucas en mente, eso está claro. Pero también recuerda que un hijo feliz es el resultado de una madre feliz. Si tú te permites ser feliz, le estarás dando el mejor ejemplo.

Celeste se siente conmovida por las palabras de Titi y la comprensión que le brinda. Sabe que es hora de enfrentar sus miedos y tomar decisiones que la hagan feliz.

—Tienes razón, Titi. No puedo seguir viviendo en este infierno. Merezco ser feliz—, admite Celeste con determinación.

Titi sonríe y la abraza con cariño. —Así es, mi querida amiga. Mereces ser feliz y encontrar el amor que te haga sentir completa. Ahora, date un baño y vístete para matar, porque tú y yo iremos de compras, tendremos una tarde de chicas.
—Pero…
—Sin peros, querida, el estúpido de Ricardo sigue de festejo y sería bien pendejo si tan siquiera te dice intenta reprocharte.
—No tenía idea de que seguía fuera.
—Parece que la noche estuvo buena, avisó que llegará después del mediodía. tú trabajas duro, apenas si sales unas horas a la semana, estás metida en esta casa, entregada a tu hijo, la empresa, te matas con los diseños y él simplemente los desvanece. ¡No, mi reina! No más. —La levanta de a cama y la lleva al baño, — toma un baño con agua fría, yo elegiré u atuendo y me encargaré de que Lucas esté bien.

Celeste ingresa baño y titi sin pérdida de tiempo, elige su atuendo del día, luego abandona la habitación para darle indicaciones a la niñera, titi es parte de la familia y aunque los padres de Ricardo no la toleren, a ella le resbala lo que piensen. Justamente después de hablar con catalina, la señora Pauline la encuentra subiendo las escaleras.
—¿Quién te dejó entrar? — le dice con desprecio.
—Le recuerdo, señora, que esta casa es de mi amiga, no suya. Así que tendrá que soportar mi presencia hasta el último día de su vida—le dice titi
—¡Oh, qué valiente! —, responde Pauline con sarcasmo. —Tu presencia nos ofende.

Titi no se inmuta y mira fijamente a Pauline. —Si tan solo mi presencia te parece una afrenta, entonces tienes un largo camino por delante. Mi amiga merece mucho más que lo que Ricardo le ha dado, y estoy aquí para asegurarme de que lo obtenga.

Pauline frunce el ceño, claramente molesta con la respuesta de Titi. —No tienes derecho a hablar así de mi hijo. Él es un hombre exitoso y poderoso, y su esposa debe estar agradecida de estar a su lado. No es más que una inútil y mantenida, sino fuera por el apellido de su padre, no sería nada.

Titi suspira y le responde con calma. —Lo siento, pero el éxito y el poder no excusan su comportamiento. Celeste ha sacrificado mucho por él y merece ser tratada con amor y respeto, no con desprecio y humillación, no solo por el estúpido de Ricardo, también de su parte y del vividor de su esposo. Ella es la legítima dueña, y ustedes, parásitos, la han desplazado para vivir entre lujos que no merecen.

Pauline se queda sin palabras ante la firmeza de Titi. —Eres una insolente. No entiendo cómo Celeste puede tener a alguien como tú como amiga. Ni siquiera eres una mujer.

—Lo que diga , me resbala, señora. Y para que lo sepa, soy la amiga que ella necesita, alguien que la apoya incondicionalmente y la anima a luchar por su felicidad. Así que su permiso— la empuja para seguir subiendo las escaleras.
—¡Dios mío! — se escandaliza Pauline.
Titi sonríe triunfante, sabiendo que ha dejado claro que no permitirá que nadie menosprecie a su amiga. Luego, se dirige a la habitación de Lucas para asegurarse de que todo esté en orden y de que él esté bien atendido.

Mientras tanto, Celeste sale del baño sintiéndose un poco más renovada después de la charla con Titi y el baño de agua fría. Se viste con el atuendo que Titi ha elegido para ella y se mira al espejo con determinación. Puede que ayer sus ánimos estuvieron por el suelo, pero hoy pasaría la página. Con la ayuda y el apoyo de Titi, Celeste se siente más fuerte y lista para enfrentar lo que sea necesario para alcanzar su felicidad en ese camino largo espinoso, al que Ricardo la sigue encadenando.

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