Celeste se encuentra en la oficina concentrada en los diseños para el próximo lanzamiento de la empresa. La anticipación y la presión por crear una campaña exitosa para el aniversario son altas, y sus diseños son esperados con gran entusiasmo. Sin embargo, a pesar de su inmersión en el trabajo, algo la inquieta: Nadir, el nuevo guardaespaldas de la familia.
La presencia de Nadir en la familia despierta una mezcla de emociones en ella. Por un lado, su mirada profunda y su forma de acercarse le producen miedo y al mismo tiempo, cierta seguridad.
—No es por nada, pero parece que no estás prestándome atención— menciona el licenciado Parker, llamando su atención.
—Los siento, me perdí por un segundo.
—Yo diría que desde que llegaste esas en otro lugar, ¿por qué no vas a casa a descansar?
—No. Tengo que terminar estos diseños y mostrarlos en la junta— le muestra uno— ¿Qué le parece?
—Yo diría que son fantásticos—menciona Gennaro.
—He trabajado en ellos por meses, quiero que este año mis modelos puedan exhibirse como se deben.
—No entiendo por qué aún no puedes mostrar tu línea de ropa.
—Para Ricardo nunca han sido buenos o novedosos. Siempre se ha interpuesto en mis sueños. No entiendo aún por qué mis padres lo dejaron a cargo.
—Lo averiguaremos, te lo prometo, encontramos su talón de Aquiles. A mí tampoco me parece que te dejaran fuera.
—¿Sabes? ha contratado a un nuevo guardaespaldas.
—¿Otro?
—Esta mañana hemos discutido por ello, peor lo más extraño fue que lo sometió a una especie de prueba en el patio, luego lo contrato y lo dejo para custodiar a su padre.
—¿¡A Lorenzo!? Eso sí es novedoso. ¿Qué podría tener de valioso un viejo avaricioso y derrochador?
En ese instante, llaman a la puerta y entra Amanda, la secretaria de Celeste.
—Señora Di Marco —interrumpe la secretaria—. El director… perdón, su esposo, lo espera en su oficina.
La confusión de Amanda al referirse a Ricardo como el director en lugar de esposo es frecuente, ya que Ricardo ha pedido que lo traten como director en el ámbito laboral. Aunque intenta mantener su identidad como el mismo hombre bueno, enfocado en su trabajo, para algunos empleados esta transformación a lo largo de los años ha cambiado la percepción que tienen de él.
Celeste se sorprende por la noticia de que su esposo la espera en su oficina. Aunque agradece a Amanda por la información, un sentimiento de incertidumbre y curiosidad la embarga.
—No que sé, que es lo que quiere, pero llegó el momento de mostrarle mi avance. Desea suerte.
Cierra la carpeta con sus diseños y emocionada deja su lugar para salir de la oficina.
—No necesitas suerte. Esos diseños son los mejores que he visto en mi vida. Si no los aprecia, dale una patada en el culo.
Ella sonríe y sale presurosa, mientras Gennaro le muestra una sonrisa que borra al cerrarse la puerta. Él mejor que nadie sabe que Ricardo es un imbécil, que gusta de minimizar a su esposa, para seguir cortando sus alas.
“Tengo que encontrar tu punto débil, maldito gusano. La verdad, tarde o temprano, saldrá a la luz y pagarás por todo.” Se dice.
La emoción llena el corazón de Celeste, mientras se adentra en ese momento de confianza y esperanza en su trabajo. Sabe que ha invertido noches de desvelo y dedicación en su inspiración, y ese esfuerzo se ve reflejado en sus diseños excepcionales. Sin embargo, hay un motivo aún más poderoso que impulsa su pasión: su pequeño y amado Lucas. Su fuente de inspiración y razón de ser, se convierte en el motor que la impulsa a alcanzar nuevas alturas en su carrera. Cada diseño, cada logro, es dedicado a él y representa un legado de amor y determinación que quiere dejarle.
Perdida en sus mejores sueños, abre la puerta dela oficina de Ricardo y lo encuentra hablando con Sabrina; la jefa de diseño.
—¡Amor! — menciona cariñoso, extendiendo la mano para que su esposa vaya a su lado— justo conversaba con sabina sobre los nuevos diseños para el aniversario y le mencionaba que tú estás trabajando en unos sabulosos ejemplares.
—Qué bueno que lo digas, porque justo los tengo aquí para mostrárselos.
Está por entregárselos, cuando Ricardo lo toma y los deja a su lado.
—Estoy seguro de que le encantarán. Pero quiero que veas algunos modelos que han trabajado nuestro equipo de diseñadores. Ya están avanzados e incluso tiene el color, que a mí en lo particular, me parecen fabulosos, peor quiero conocer también tu opinión.
Sabrina, claramente emocionada, le muestra a Ricardo una carpeta roja con sus diseños. Ricardo comienza a hablar sobre las telas que podrían utilizarse y los proveedores, desviándose del punto principal que Celeste quiere mostrar. A medida que intenta hablar sobre sus modelos y la importancia de su propuesta, Ricardo continúa cambiando de tema y no le da la oportunidad de expresarse plenamente.
Finalmente, Sabrina se levanta y se retira feliz por el avance que ha logrado en su trabajo. Mientras tanto, Celeste se queda con el corazón apesadumbrado, frustrada y enojada consigo misma por no haberle mostrado sus diseños a Sabrina.
—Sabrina se fue y no le mostré mis diseños.
En ese momento, Ricardo la reconforta y la anima, abriendo su carpeta y echando un vistazo a sus hojas—cariño, no te preocupes— Abre su folder y les da una ojeada a sus hojas— son fabulosos, no puedo creer que hayas logrado crear algo tan bello. Personalmente, me encargaré de hacérselos llegar.
—En verdad lo crees?
—Te felicito, son increíbles—menciona sin apartar los ojos de sus dibujos.
La felicitación y el reconocimiento sincero de Ricardo llenan a Celeste de alegría y satisfacción. Escuchar esas palabras de su esposo, quien a menudo minimiza sus logros, es un impulso emocional significativo para ella. Sale de la oficina con un semblante lleno de luz hacia su oficina, dónde ríe de emoción.
Casi al final del día, Sabrina le hace una llamada.
“Celeste, querida. Revise tus diseños y si bien tienen gran potencial como lo dice Ricardo, no llegar a tiempo para esta temporada, si sigue trabajado en ellos, quizás para el festival de navidad, podríamos elaborarlos”
Celeste se queda en estado de shock al escuchar las palabras de Sabrina. No puede procesar completamente la noticia de que sus diseños no llegarán a tiempo para esta temporada, si ya estaban terminados. Solo dice “gracias”
La sorpresa y la decepción se mezclan en el corazón de Celeste. Había dedicado tanto tiempo y esfuerzo para terminar los diseños a tiempo, confiando en que tendrían un impacto significativo en la temporada actual. Ahora se enfrenta a la realidad de que deberá posponer su presentación y seguir trabajando en ellos. Se nubla por unos minutos hasta que piensa en su esposo, dejo los diseños en su oficina, si algo estaba mal, tenía que ser por él.
Sin pérdida de tiempo va a su despacho, entra intempestivamente. Él hablaba por teléfono y le hace una seña para que no diga nada. Se tarda unos segundos sonriendo escuchando a su interlocutor, antes de finalizar deja un “Nos encontramos en el club, sin duad esto merece una gran celebración”
Cuelga y mira a Celeste.
—¿Que te ocurre?
—¿Qué le hice a mis diseños?
—No entiendo.
—Sabrina me llamó hace un instante y me dice que los diseños no están terminados.
—ella es la experta. Por algo lo habrá dicho.
Celeste, sintiendo una mezcla de incredulidad y dolor, ve la carpeta sobre el escritorio y la toma. Al abrirla, se da cuenta de que la mayoría de sus diseños han sido borrados casi por completo. Una sensación de devastación y frustración se apodera de ella.
—¿Qué es lo que hiciste?— Con la voz quebrada, Celeste enfrenta a Ricardo, exigiendo una explicación por lo que ha sucedido. No puede comprender cómo alguien podría destruir meses de su trabajo con tanta indiferencia. La incredulidad y la decepción llenan su voz mientras pregunta por qué Ricardo ha tomado esa decisión.
—Te hice un favor.
—¿Favor?
—No estas listas para entrar a este mundo. Deberías ser solo madre. Por cierto, Sabrina y el equipo irán al club a celebrar. No creo que estés con aminos de asistir, te excusaré con los ellos. Nos vemos en casa mañana, porque esto tiene para rato, estoy emocionado, la campaña pinta para un éxito total.
Se levanta y camina tranquilamente a la salida, sin importar que los ojos de su esposa se desbordan en llanto.
La devastación de Celeste es inmensa. Se siente traicionada y humillada, su trabajo y sus sueños han sido pisoteados sin piedad. La crueldad de las palabras de Ricardo corta profundamente su corazón. Sus lágrimas fluyen libremente mientras procesa la realidad de que su esposo ha menospreciado su trabajo y ha desestimado sus sueños con tanta indiferencia.
“Era demasiado hermoso para ser realidad. Debí sospechar de sus intenciones” . Se dice secando su lágrima, antes de salir de su oficina limpiando sus lágrimas.
Deja un comentario