Sebastián Después de recorrer las calles de Madrid hasta que me dolieron los pies, decidí regresar a mi departamento. Extrañaba a Ale y también a Bruno, mi eterna compañía. Al abrir la puerta y no verlo ahí, sonriente, emocionado por mi llegada, lo extrañé aún más. Maldije a Marijo, a la editorial, a la universidad…
Mon Amour vol. 1 – Una tarde madre e hija
