Arturo Cinco días después del berrinchito de Alejandra, decidí regresar a la casa. Me la había pasado tan bien atendido, que me reproché amargamente el no haber ido a visitar a Martha y mi hija más seguido, pero la culpa, como siempre, era de Alejandra, que, con sus histerias y sus cambios de humor, me…
Mon Amour vol. 1 – ¡Dónde escondes a tu amante!
