♡⁀➷Kevin♡⁀➷
Primavera, 2022
«¡MALDITO GRINDR!», mi mente gritó a voces como si un coro se repitiera sin cesar dentro. Aquel día no podía ir peor.
Rememorando, los dinosaurios con quienes salía deseaban una cosa y yo les cumplía sin bronca, me aseguraba de dejarlos ansiosos por un próximo encuentro y ganarme su buena voluntad. Para muchos resultó la primera experiencia homo que tuvieron en su vida, lo cual sumó puntos extras por hacerlo bien y eso se convertía en más cariñitos, agradecimientos y favores para mí.
No, no era un prostituto pues no iba por ahí repartiendo sexo a cambio de dinero; no, ¡qué horror! Yo le ofrecía al dinosaurio la mejor experiencia de su vida, todo con absoluta discreción y esa era una de mis partes favoritas.
El mismo temor a ser descubiertos con el cual crecieron en su época arcaica y retrógrada beneficiaba a mi negocio, porque eso era: un simple negocio en el cual los hacía sentir amados y a cambio, el dino de turno, cumplía mis caprichos.
Lo que me permitió darme la gran vida —que merezco— y claro, me proveyó de una buena pasta para compartir fantásticos momentos con la ratona más hermosa del planeta, mi bella novia.
Sí, tengo novia. No me juzguen, ese estilo de vida solo era un trabajo como cualquier otro.
Sin embargo, las cosas se complicaron un día, gracias al maldito Grindr, jamás me cansaré de maldecirlo. Conocí a un bombón que reunía las mil y un cualidades: harta plata, dueño de una de las firmas de abogados más importantes… ¿Mencioné que tenía mucha plata?
Bien, lo admito, no solo era la pasta; también contaba con un cuerpazo de roca pura, un enorme diez entre las piernas que sabía perfectamente cómo usar, sin mencionar la dulzura y amabilidad excepcionales que solo podrían ir de la mano con su extrema inocencia, misma que revolucionaba todo dentro de mí en el dormitorio o donde nos atacaran las ganas. No debería recordar esa parte, pero es que el dino aún lucía más caliente que el sol de verano…
—¡Papi, qué bueno tenerte aquí! —la bienvenida que le dio mi novia a su padre me obligó a tragar con dificultad y es que desde que me propuso acompañarla a recibirlo sabía que sería mala idea, aunque jamás imaginé que a semejante nivel.
Como nada es perfecto en la vida, el hombre me miraba asombrado y yo a él de la misma manera, de hecho, tragué saliva como si se tratase de una enorme roca que me raspaba la garganta al bajar mientras intentaba disimular, porque para mi magnífica suerte, descubrí horrorizado que el dino del gran diez era mi suegro.
No tenía una sola maldita idea de cómo resultaría aquella situación; ella me importaba demasiado, y viéndolo a él, allí, ante mí, con ese par de zafiros en su mirada que no dejaban de estudiarme, debía admitir que también.
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Bueno mis dulces corazones multicolor 💛💚💙💜💖 así comienza este desmadre, espero les haya gustado y que me sigan acompañando hasta el final, los loviu so mucho y nos leemos prontito. 😙
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