Vínculo prohibido: El encuentro

Celeste y su hijo Lucas decidieron pasar la tarde juntos en el supermercado. Era un momento especial para ellos, un tiempo dedicado a la diversión y a compartir momentos inolvidables. Mientras Celeste colocaba las bolsas en la parte trasera del auto, Lucas sostenía con entusiasmo su nuevo balón. Sin embargo, en un descuido de Celeste, el balón se escapó de las manos de Lucas y comenzó a rodar rápidamente y él va tras su juguete. En ese preciso instante, Nadir, que vestía un traje deportivo, caminaba en dirección a su auto y notó la pelota que se acercaba hacia él.

Nadir la levantó con destreza y su mirada se encontró con la de Lucas, un niño de ojos azules llenos de curiosidad.
—Es mía—, le dijo el pequeño con una sonrisa.
Nadir respondió con amabilidad: —Hola—. Sin embargo, su atención se desvió hacia Celeste, quien estaba concentrada en guardar las bolsas en el auto. —¿Dónde están tus padres? —preguntó Nadir al niño.
Lucas respondió inocentemente —Mi papá está en el trabajo y mi mamá está en el auto.
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Lucas Lewis y tengo cinco años.
Nadir dirigió su mirada hacia el automóvil y notó a una mujer ocupada en esa tarea. Comprendió que se trataba de la madre de Lucas.

—Está bien, no vuelvas a perderla—, dijo Nadir mientras entregaba la pelota al niño, mostrando una cálida sonrisa.

—¿Y tú como te llamas?
—Me llamo Nadir, mucho gusto— le extiende la mano para presentarse.

Celeste, al percatarse de la ausencia de Lucas, busca desesperadamente con la mirada y su corazón se acelera al verlo junto a un extraño. Sin pensarlo más, su instinto protector se activa y corre hacia ellos, gritando: «¡Aléjese de mi hijo!»

Nadir, sorprendido por la reacción de la mujer, retrocede instintivamente y levanta las manos en señal de rendición, mostrando que no representa ninguna amenaza para Lucas. Intenta calmarla y explicar la situación.

—¡Tranquila! No te preocupes, solo encontré a tu hijo persiguiendo su pelota. No tenía intención de hacerle daño, te lo prometo —dice Nadir con voz serena, tratando de transmitir calma y tranquilidad a la mujer.


Celeste, con Lucas aún aferrado a ella, se toma un momento para evaluar la situación. Sus sospechas y desconfianza hacia Nadir persisten, alimentadas por las lecciones dolorosas que ha aprendido en el pasado. Ricardo, su aún esposo, le enseñó de una manera cruel que el amor no existe y que las personas buenas solo son una ilusión.
A pesar de las advertencias internas, Celeste no puede evitar sentir una inquietud en su interior cuando mira a Nadir. Él es un hombre atractivo, con una mirada dulce que parece transmitir sinceridad. Por unos segundos, sus miradas se encuentran y en ese instante, Nadir percibe el dolor y el deseo de confiar en alguien que se esconde tras los ojos de Celeste. Sin embargo, la desconfianza se entrelaza con el anhelo de encontrar seguridad y protección para ella y su hijo. Celeste sabe que debe mantenerse alerta y no dejarse llevar fácilmente por las apariencias. A pesar de la tensión en el aire, decide darle una oportunidad a la situación, al menos temporalmente, para descubrir más sobre aquel sujeto y sus verdaderas intenciones.
Con voz firme, pero cautelosa, Celeste rompe el silencio que los rodea.

—No diré que te creo, pero aparentas ser un hombre amigable.
—Permite presentarme, mi nombre es Nadir Costa y entiendo tus preocupaciones. Si quieres, puedo darte mis datos de contacto para que puedas verificar quién soy y estar tranquila respecto a la seguridad de tu hijo.
—No me interesa saber más de ti, solo mantente lejos de mi hijo.
—Señora… — quiere saber su nombre.
—No necesita saber quién soy— expresa sería.
—Mi mamá se llama Celeste— la delata Lucas.
—Ni que el destino quiera que volvamos a encontrarnos, ¿o sí? Porque en verdad, es un placer conocerla— sonríe.
—Disculpe, pero no pienso lo mismo.

Celeste se aleja con Lucas, sin volver a mirar al hombre que solo la admira y sonríe. Unos instantes después llega su amigo, Antón.

—¿A quién miras? —interroga, con una sonrisa en su rostro.

—Parece que he conocido a la mujer de mis sueños.

—Siempre dices lo mismo.

—Esta vez es diferente —entra al auto y, al ponerse en marcha, le cuenta sobre su encuentro casual con aquella dulce mujer misteriosa.

Antón escucha atentamente mientras Nadir describe el encuentro y la conexión fugaz que sintió con Celeste. Aunque es escéptico por naturaleza, puede percibir la emoción genuina en las palabras de su amigo.

—Suena interesante, amigo. Pero ten en cuenta que las primeras impresiones pueden ser engañosas. A veces, las apariencias no reflejan la realidad.

Nadir asiente, consciente de que las palabras de Antón tienen sentido. Sin embargo, la imagen de Celeste y la chispa que sintió al verla siguen resonando en su mente.

—Lo sé, Antón. Solo el tiempo dirá si hay algo más detrás de este encuentro fortuito. Pero algo en ella me ha cautivado de una manera única. Es que si la hubieses visto, es divina y su hijo es…
—Uy, hermano, la mujer casada es prohibida, terminarás metiéndote en grandes líos.
—Por esa mirada tan triste y llena de dolor, no creo que tenga a un hombre a su lado.
—Eso no puedes saberlo. Y antes de que pierdas la cabeza en ello quiero que veas esto— le entrega un sobre.
—¿Qué es esto?
—La oportunidad que estabas esperando. Serás guardaespaldas del millonario Alessandro Di Marco.
—¿En serio? Pero ¿Cómo lo conseguiste?—abre el sobre.
Nadir observa el contenido con sorpresa. La emoción se apodera de él al pensar en las posibilidades que esto podría brindarle.
—Alguien de la agencia me debía un favor. Ahí tienes todo lo que tienes que llevar mañana. Te pones tu mejor traje y vas a esa dirección, sé puntual y no me hagas quedar mal.
—¡No puedo creerlo, Antón! Esto es increíble. ¿Cómo puedo agradecerte lo suficiente por esta oportunidad? Estoy dispuesto a dar lo mejor de mí y no defraudar a nadie.

Antón sonríe satisfecho por la reacción de su amigo.

—Lo sé, hermano. Eres un tipo leal y responsable, y estoy seguro de que serás un excelente guardaespaldas. Recuerda, esta es tu oportunidad para destacarte y demostrar tu valía. No dejes que ninguna distracción te desvíe de tu objetivo.

Nadir asiente con determinación mientras guarda los documentos en el sobre.

—No te preocupes, Antón. Me enfocaré en mi trabajo y me aseguraré de hacer un buen trabajo. Pero, por supuesto, no puedo dejar de pensar en Celeste y en ese encuentro tan inesperado. Tal vez el destino nos vuelva a cruzar en algún momento, quién sabe.

Antón levanta una ceja y le da una palmada en el hombro.

—Eso ya está en manos del destino, amigo. Ahora, prepárate para esta nueva etapa y haz que valga la pena. Recuerda, no mezcles asuntos personales con el trabajo.

Mientras conducen por las calles de la ciudad, tanto Nadir como Celeste se sumergen en sus propios pensamientos, cada uno reflexionando sobre el encuentro y las emociones que despertó.
Nadir mantiene el recuerdo del encuentro con Celeste en su mente. La imagen de su mirada triste, pero cautivadora, sigue grabada en su memoria, y la conexión fugaz que sintió en ese momento lo intriga y lo llena de curiosidad.
A medida que repasa los detalles de su encuentro, Nadir no puede evitar preguntarse sobre la historia detrás de esa mirada llena de dolor. Se pregunta qué secretos oculta Celeste y qué circunstancias la han llevado a ser tan desconfiada y reservada.
A pesar de su interés y la atracción que sintió hacia ella, Nadir es consciente de que es una situación complicada. Sabe que Celeste puede ser una mujer casada y que involucrarse en su vida podría llevarlo a problemas y complicaciones innecesarias. Sin embargo, no puede evitar sentirse atraído por la posibilidad de conocerla mejor y tal vez ayudarla a encontrar la felicidad que parece haber perdido.
Por otro lado, Celeste se encuentra atrapada en una tormenta de emociones y pensamientos contradictorios después del incidente en el supermercado. Por un lado, el miedo y la preocupación que sintió al pensar en la posibilidad de perder a Lucas la inundaron de angustia. La idea de que un extraño estuviera cerca de su hijo despertó en ella un instinto protector y la impulsó a actuar de inmediato y la mirada inquietante de Nadir la perturba profundamente. Le resulta desconcertante que él la mire como si la conociera, como si pudiera leer su alma. Eso despierta sus temores y desconfianza, haciendo que su mente se pregunte si Ricardo, su esposo, podría tener algún tipo de conexión con ese hombre.

Celeste está acostumbrada a vivir con la constante desconfianza y a protegerse de cualquier situación que pueda ponerla en peligro. La experiencia con Ricardo le ha enseñado a no confiar en las apariencias y a ser cautelosa en sus interacciones con los demás. Por lo tanto, la idea de que Nadir pueda representar una amenaza o que esté relacionado con su esposo la llena de miedo.
El destino ha cruzado sus caminos de forma inesperada, y ambos se preguntan si habrá más por descubrir entre ellos.

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Una respuesta a «Vínculo prohibido: El encuentro»

  1. Avatar de Paty
    Paty

    Uuuy, ya quiero que se vuelvan a ver 🔥

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