Logan
Podemos callar nuestros sentimientos, negarlos ante la persona amada, incluso fingir nada nos preocupa, pero nuestra mirada reflejará lo que realmente sentimos en nuestro interior y ella no miente.
—Estoy agotado y tengo mucha hambre.
Niego con la cabeza aun leyendo el libro de anatomía que la profesora Gabriela nos entregó el día de ayer, la exposición sería mañana antes que las clases finalizaran y por culpa de ciertos chicos no logramos finalizarlo, aun teniendo dos semanas de anticipación, aunque también fue culpa mía por no presionarlos.
—Creí que jamás diría esto, pero Alex tiene razón, es muy tarde y yo no he desayunado.
Mis mejores amigos se quejan recostándose en mi cama sobre mis libros, los hago a un lado colocando algunas ideas en mi cuaderno de apuntes, pero ellos persisten.
—De acuerdo, veré que es lo que mi madre hizo de almuerzo, espérenme y… o solo corran por comida.—suspiro agobiado, aunque también muero de hambre. Me coloco mis zapatillas y bajo a la cocina con ellos, mi madre salió a casa de una tía lejana con mi hermana Zoé fueras de nuestra ciudad desde muy temprano y mi padrastro no ha venido a casa desde ayer.
—¡Tu madre es increíble!—exclama Noa, asiento sacando tres platos y cubiertos de los cajones del armario.—Aunque debo admitir que los pies de manzana de la madre de Alexis me dejaban mudo—los tres restantes asentimos recordando las loncheras que compartíamos en el kínder.
—Ya les sirvo, siéntense, no me rompan nada o mi madre se enojará—ambos asienten. Sirvo la pasta que mi madre preparo, luego de obligarlos a rezar procedemos a almorzar, aunque bien podría decirse que es casi cena.
—Ahora si barriga llena corazón contento—Alex sostiene los libros de mis manos y comienza a sacar resúmenes, Noa y yo lo observamos sorprendido y encogemos los hombros.
—¿Ya quedo?—Alex y yo arrastramos dos sillas al lado de Noa, que lleva como media hora delante de mi computador.
—No me presionen, ya casi…—los tres cruzamos los dedos esperando a que el video que mi amigo edito termine de cargar hasta que visualiza un «carga completa»
—¡Sí!—gritamos emocionados.
—Hay que verlo, quizás alguna parte está mal editada—Noa me observa cruzando los brazos—Bueno, solo por prevenir, veámoslo—lo reproduzco y los tres reímos al ver nuestros gestos delante de la cámara exponiendo nuestro tema de investigación.
—Viste mi cara, salió terrible—los dos reímos ante las quejas de Noa.—Bueno, ahora podemos descansar.—los tres caemos rendidos sobre mi cama.
—Esperen ¿Qué día es hoy?—pregunta Alex, Noa y yo encogemos los hombros sin tener idea.—Si es el cinco estamos perdidos—ambos nos observamos confundidos, Alex enciende su celular, teclea muy rápido, eso es muy fácil de adivinar, él es un genio en la computación. Bueno, ambos lo son.
Pasa su mano por su frente y apaga la pantalla de su cel.
— ¿Qué ocurre?—pregunto con evidente confusión.
—Es cinco de febrero, lo volverán a transmitir—indica Alex, ambos nos observamos en silencio—Genial, así dicen que son fans de Marvel, excelente—reclama ofendido, Noa y yo recién entendemos que significa.
— ¡Capitán América!—gritamos en unísono, Alex asiente animado, pero otra vez vuelvo a recordar a Alexis y más por estas fechas que su cumpleaños está cerca.
—A mi casi clon también le gustaban, cuando este de regreso debemos ir a verla de nuevo—asentimos ante las bromas de Alex, pero él asiente desordenando nuestros cabellos—Si seguimos recordándolo así de tristes cada dos segundos, él se enojará cuando este de regreso—Palmeo los hombros de mis amigos animándolos.
Luego de llamar a mi madre pidiéndole permiso y que ella accediera con la condición que no regresara tarde.
Aunque no sé si alcanzaremos a verla, ya que según la aplicación del cine más cercana, solo quedaban dos horas para la última función de hoy, siendo el estreno oficial.
Corremos a toda prisa por las escaleras de mi casa y cierro la puerta con seguro tras de mí, pero antes de cruzar la calle ver a mis amigos observando a una chica de cabello suelto con un vestido rosa capta mi atención.
Ambos bajan la mirada y yo la observo detenidamente mientras ella sube algunas escaleras hacia su casa y eso me hace reconocerla.
—¡Abigaíl!—grito y ambos me dan pequeños golpes regañándome, pero la mencionada se gira y al ver esas pequeñas pecas en su rostro mi sonrisa se amplía en mi rostro.
—¡Hey!—gritan Noa y Alex moviendo sus manos de forma exagera y los observo molesto, ella suele estar en muchos trabajos como nosotros, pero casi nunca logramos verla, quizás por qué llega a muy altas horas de la noche, es posible.
—¡Como están!—exclama sonriendo, los tres corremos quedándonos al pie de la escalera. Observo que nos observa con atención, pero segundos después baja la mirada y cierta nostalgia cruza por sus ojos.—Estoy algo ocupada, chicos, debo cenar y…
—¡Abigaíl ingresa a la casa ahora!—aprieto los puños al escuchar el grito a lo lejos de su padre, observo que se tensa y ata su cabello en una cola de cabello desordenada muy rápido.
—¿No quieres charlar con nosotros un rato?—pregunta Alex y aunque sus ojos nos observan con cierto temor al instante los cierra y luego sonríe.
—Me gustaría, pero quizás después.—acomoda su mochila y aún nos observa mientras yo intento entender que es lo nos quiere decir con ese gesto, pero no puedo pensar demasiado antes que su padre aparezca en escena muy rápido.
—Ves que eres igual que tu madre, te estoy llamando, hazme caso—en un movimiento rápido de su mano la sostiene con fuerza del brazo y sin importarle que las personas lo observen la lleva a rastras hasta su casa.
—Ese hijo de…—Noa y yo nos colocamos delante de Alex al ver que intenta avanzar y subir a las escaleras de seguro para ayudar a Abigaíl, pero la impotencia nos hace quedarnos ahí de pie sin saber que más hacer.
—Prometo que la buscaremos después, se lo debemos a Alexis, ahora vamos por esa película, estás alterado Alex—Noa trata de razonar con ambos y luego de calmarnos decidimos subir a un taxi tratando de olvidar el mal rato pero la preocupación continua muy latente.
Después de una larga fila india, teníamos nuestros boletos en las manos, entre bromas y emocionarnos con cada escena de la película, por fin después de dos horas salimos de las salas de cine, decidimos perder el tiempo en juegos infantiles como solíamos hacerlo cada vez que teníamos el permiso para salir y hacer juegos pesados a las personas.
No recuerdo lo mucho que reímos, pero mis amigos son extraños, pero divertidos, cuando por fin nos dignamos a regresar, ya había anochecido, comenzamos a hacer otra fila india de salida, me despedí de ambos, no había tantos buses cerca y regresar a pie a estas horas de la noche, no es una buena opción.
Podría llamar a mi padrastro y pedirle que venga a recogerme, pero eso daría pie a que me reclame ese hecho en cualquier momento que le plazca. O que humille a mi madre indicándole que no crio un buen hijo, sino a un cobarde que teme caminar solo. En realidad no se equivocaba demasiado.
Estoy acostumbrado a la compañía de mis amigos o a la de Sophia. Aunque ella no lo sabe, con el hecho de verla de lejos elimina cualquier inseguridad u oscuridad en mi interior. Las estrellas en el cielo embellecían la noche fría ella y al estar solo con tantas personas que no conozco me sentía perdido.
Después de varios minutos por fin un autobús un poco vacío se detiene. No me percato de hacia donde se dirige la movilidad, pero los colores en este se me hacen familiares.
—Un pasaje adulto, por favor—indicó buscando en mis bolsillos alguna moneda, pero recuerdo que Alex tiene el dinero de los tres por seguridad. Genial, estaré muerto.
—Joven, si no tiene para pagar, descienda por favor—no sé qué decir, el resto de personas que esperan por subir detrás de mí deben estar incómodos. Me hago a un lado rebuscando mis bolsillos.
—Dos pasajes de adulto, por favor—alzo la mirada al escuchar esa voz tan dulce, Sophia extiende su brazo recibiendo ambos boletos.
—Joven avance—asiento apenado, camino despacio, Sophia se colocó sus audífonos sentándose en unos asientos vacíos que estaban en la parte posterior, cuando caí en cuenta, el asiento a su lado era el único vacío.
Ella observa por la ventana mientras y frota sus manos por el frío. Me siento a su lado al observar que era el único que seguía en pie.
El trayecto suele ser un poco largo, mientras más transcurrían los minutos me di cuenta de que esta no era la ruta hacia mi casa, en cambio, nos alejábamos cada vez más.
Me coloco de pie y con temor pregunto hacia donde se dirige esta ruta, el conducto me observa extrañado, pero aun así al decirme si ultimo paradero soy consiente que estoy perdido.
El conductor parece entender mi confusión, me indica que me avisara un paradero antes de final y le agradezco porque no me atrevo a bajar ahora y menos dejar a Sophia aquí. Y una pregunta me hace observarla de lejos.
¿Por qué se subió a ese autobús si no es la ruta a nuestras casas?
Quizás también no se dio cuenta de la dirección.
Es posible.
Aunque eso sería bastante realista, el autobús donde nos encontramos tiene los mismos colores que el que suele pasar por nuestro vecindario y la línea es casi similar excepto por una letra. Como sea, ella está aquí y aunque los nervios no me dejan pensar con claridad de alguna manera me siento feliz.
Trato de observar a cualquier lugar menos a la chica que se sienta a mi lado, pero al desviar la mirada, algunas chicas de mi edad cuchichean sin dejar de observarme y eso me hace sentirme cohibido. Trago saliva, incómodo, aunque la chica de mis sueños ni se inmuta y yo solo cubro mi cabello con la capucha de mi suéter.
Busco mis audífonos en mis bolsillos, pero recuerdo que desde hace una se rompieron. Inhalo profundamente porque no puedo seguir de esta manera, tengo que al menos entablar una conversación decente.
Me animo y giro despacio, pero al verla dormida tambaleándose en su asiento solo la observo en silencio.
¿Cómo puede dormirse en un lugar tan incómodo?
Yo no suelo dormir en otro lugar que no sea mi cama, quizás es por qué soy algo quisquilloso.
El autobús continúa su trayecto y cada persona está en mundo, pero yo solo logro observarla, por un momento apoya la cabeza en la ventana y se acomoda haciendo que su cabello le cubra el rostro. Suspiro aliviado al ver que está más cómoda.
Pero al ver que una zona de baches hacen que el vehículo este inestable y vuelvo a observarla. Ella vuelve a moverse aun sin despertarse en su asiento, trata de recostar su cabeza en el vidrio, pero reacciono por impulso, coloco mi mano en la ventana haciendo que ella se apoye en mí. Mi corazón se acelera al sentirla tan cerca.
Nuestros rostros están cerca y es la primera vez que logro observarla así. Aunque todo está igual a mi alrededor, en estos momentos es como si el tiempo se hubiera detenido y ruego a mis adentros que no lleguemos al penúltimo paradero.
Ella se mueve ligeramente, pero no me atrevo a alejarme, contengo mi respiración por mi nerviosismo. La observo en silencio y me gustaría tener el valor para decirle algo, pero el nudo en mi garganta me lo impide, pero de alguna manera no me siento incómodo.
Vuelve a removerse y me observa en silencio. Me pierdo en su mirada cuando estas se encuentran y sé cómo debo actuar.
— ¿Ocurre… algo?—susurra, su voz resuena en mi mente.
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