Sophia
La vida es una ruleta que cambia diariamente, trayéndote cosas inesperadas, cambiando la alegría y las risas en una tristeza inmensa en tan solo unos segundos, jamás podremos saber con exactitud que ocurrirá en los siguientes días por ellos debemos arriesgarnos y luego podemos arrepentirnos mientras lo planteamos de nuevo.
—Bien chicos bajen con cuidado, el día lunes nos vemos de regreso a clases, tengan buen fin de semana.—Bajo con cuidado mi maleta algo pesada y la coloco en el piso al de la de mis amigas. Los cuatro chicos que siempre están con nosotras nos observan pensativos y el bullicio del resto de alumnos se va dispersando mientras se alejan en autos.
—¿Tienen planes para más tarde?—Pregunta Alex colocando sus manos en sus bolsillos del pantalón. El resto nos observamos en silencio.—Bueno, si no tienen nada más que hacer que guardar las maletas en casa, podemos ir al centro un rato.
Asiento sonriendo, la rubia de mi mejor amiga y la pelirroja sonríen emocionadas, pero Fernanda niega con su cabeza como siempre suele hacerlo.
—¿No puedes quedarte?—Pregunto preocupada, ata su cabello ondulado en una cola alta y niega sonriendo. Todos la observamos confundidos, creo que hasta ahora jamás ha salido con nosotros y solo una vez en estos seis meses se quedó una tarde en la biblioteca para hacer un trabajo en grupo.
—Me gustaría de verdad, pero seguro mi madre ya debe…—Observamos como un auto deportivo negro se estaciona frente al instituto y un hombre vestido de negro con lentes oscuros desciende de este.
—Señorita Fernanda, su madre la está esperando—Todos lo observamos molestos, quizás exagero, pero siento que la sobreprotege demasiado.
—Está bien Efrén, chicos, los veo el día lunes diviértanse—Y sin más ingresa al auto y observamos como las lunas de este se cierran en su totalidad y minutos después desaparece al doblar la calle.
—Okey sé que vemos esto diario, pero aun así sigo estando sorprendido—Todos asentimos aun sin quitar la vista de aquella calle.—Bien luego le enviaremos las fotos a Fer o hacemos videollamada con ella, vamos a guardar esto y apresurémonos que se hará tarde.—Trato de animarme ante las palabras de Alex, pero sigo pensando en Fernanda y en la forma tan extraña que tienen al cuidarla.
¿Tendrá alguna condición especial?
Subo al auto que mis amigos pidieron por el Uber aun con aquella pregunta rondándome en la cabeza.
—¿Ocurre algo Sophia?—Me sobresalto al escuchar la voz de Logan y sonrió negando con la cabeza, recién soy consiente que el auto está en marcha y que solo estamos cuatro en este, lo que me hace suponer que los otros tres se fueron en otro más. Alicia está sentada a mi lado derecho y al izquierdo esta Logan y en el asiento del copiloto Eliezer dirige al conductor.
—Listo aquí estará bien.—Bajo del auto confundida sin reconocer el lugar donde estamos.—Aquí tiene, muchas gracias.
—Eliezer se ofreció a que guardáramos nuestras cosas en su casa, es bastante grande—Asiento asombrada aun observando como el auto tiene que dar una vuelta en U para rodear los muros de los François, asiento al recordar que ese apellido es prestigioso en nuestra ciudad.
Muros de color beige y unas rejas negras en la entrada nos reciben dando paso a un jardín inmenso con una pileta en el centro de esta, ingresamos en silencio aun observando.
—Gracias Franco, lleva las de mis amigos—Observo al castaño sorprendida, al ver como un hombre vestido de negro se lleva las pertenencias de Logan y de Alicia.—Con mucho cuidado el de ella, estará a salvo, descuida—Asiento algo cohibida al ver que Eliezer me observa sonriendo sin entender como terminamos los dos solos en este jardín.
—Cambia esa cara, no haré nada descuida, jamás te haría daño—Eso último lo susurro y solo puedo seguir observándolo sin saber qué decir.—Sophia—Susurra observándome, su gesto no es intimidante hasta podrías decir que es más gentil de lo que suele ser, aunque conmigo jamás ha sido hostil—Crees que…—Ladeo la cabeza confundida.
—Oh en serio es muy grande tu casa—Ambos giramos la mirada al escuchar la voz de Alicia, Eliezer asiente y Logan aparece en escena y sonrió involuntariamente y mi gesto hace eco en su rostro y como si lo llamara con la mirada se acerca a mi lado me observa confundido.
—¿Todo está bien? ¿Te siente incómoda?—Me pregunta sosteniendo mis hombros, niego con la cabeza sonriendo, bajo la mirada apenada, desde hace un par de meses se me hace más complicado ocultar mis sentimientos.
—Todo está bien, me alegra que estés aquí—Confieso sonriendo, observo un ligero sonrojo en su rostro, pero en vez de ocultarse como solía hacerlo antes, sonríe y me observa con dulzura.
¿El sentimiento es correspondido?
Quiero pensar que así es.
—Increíble es inmenso, casi nos perdemos, ¿cierto, tortolitos?—Ambos damos un brinco en nuestro asiento y giramos la mirada al mismo tiempo al escuchar la voz de Alex, pero suspiramos tranquilos al ver que observa a Noa y a Mara que siguen caminando con sus manos entrelazadas.—Me dará diabetes—Todos reímos ante la exageración de Alex.
—Eres un odioso—Mara lo regaña mientras que nosotros seguimos burlándonos de ellos dos, quizás Alex y Mara no estaban destinados para estar juntos de manera romántica, pero tal vez son el alma gemela del otro.
Es una posibilidad.
Observo de reojo a Logan y sonrió al ver que hace lo mismo.
—Bueno, vamos o se hará tarde—Asentimos saliendo de la casa de los François, pero nos detenemos en seco al ver a cierta chica de piel pálida y cabello ondulado castaño que respira con dificultad frente a nosotros.
—¡Fer!—Alicia, Mara y yo corremos a abrazarla y aunque ella luce cansada nos abraza sonriendo.
—Hey rulitos—Le molesta Alex que la abraza de la misma manera. Logan y Noa se unen a la muestra de afecto y es normal, es la primera vez que saldremos los ocho, este es un acontecimiento único.
—La van a lastimar si la siguen apachurrando así—Alzo la mirada enarcando una ceja al ver como Eliezer nos observa cruzando los brazos. Niego con la cabeza y le indico que se acerque pero se rehúsa. Tan apático como siempre, pero observo como ella lo observa y con solo eso puedo entender que hay otra chica enamorada entre nosotros.
Fernanda observa al castaño apático con dulzura, sus mejillas tiene un color rojizo muy bonito aun sin dejar de observarlo, este sigue refunfuñando aún lado por qué seguimos tardando mientras los seis continuamos abrazándola.
—Ya déjenla, vamos Fer—Todos nos hacemos a un lado sorprendido al ver que Eliezer sostiene su mano y la lleva a su lado, las chicas intercambiamos sonrisas, pero él parece no ser consiente de sus sentimientos, lo cual es una pena, ella sufrirá si sigue aferrada a ese caprichoso, pero cualquiera podría ver los sentimientos de Fer, sus ojos brillan y muevo sus manos nerviosa cuando ambos conversan.
—Algunos hombres son demasiado ciegos—Suelta de la nada, Mara, Alicia y yo asentimos caminando soltando un suspiro pesado, Noa, Alexa y Logan nos observando confundidos—Pequeños niños aún están una clase más abajo que él, no lo entenderían.—Alicia y yo reímos ante el sarcasmo de Mara, pero los chicos le regañan y ahí vamos de nuevo.
—¿Cosa de todos los días?—Asiento, Alicia y yo reímos mientras caminamos atrás de ellos.—Sophia—Alzo la mirada al escucharla llamarme—¿Cuándo le dirás Logan lo que sientes?—Abro la boca para responder, pero sigo en silencio.—Él no lo hará, pero está claro que lo que sienten es correspondido.—Sonrió por qué también quiero creer que es así.
—Creo que si—Susurro y ella sonrió acomodando su cabello pelirrojo.
—No creímos que Noa se atrevería y ahora él y Mara están bien, deberían intentarlo, también nosotras debemos dar el primer paso—Y asiento por qué jamás he estado en contra de ello.
Continuamos conversando y ella narra con sus gestos lo obvio que ante sus ojos somos y me avergüenzo recordando las escenas en el campamento de esta semana, la fogata, los juegos que vinieron después y todas las veces que ambos estuvimos solos charlando, la sensación que me brindan sus palabras y lo que me hace sentir el tenerlo cerca.
¿Estoy dispuesta a dejar todo eso?
Niego mentalmente, lo observo sonreír con el resto y mi corazón se acelera cuando me observa y ambos sonreímos, se acerca a mi lado y caminamos en silencio, no puedo evitar observarlo y eso hace que me observe con cierta confusión.
—¿Hay algo que quieras decirme?—Pregunta deteniéndose delante de mí, bajo la mirada en absoluto silencio—Si es así puedes hacerlo—Responde muy rápido y yo le indico que se acerque, camina más cerca de mí, pero sigo observándolo, vuelvo a indicarle que se acerque más y lo observo tragar saliva, le indico como niña pequeña que se agache un poco y al estar nuestros rostros a la misma altura me acerco depositando un beso en su mejilla, su expresión es muy dulce, pero el calor en su rostro es más evidente.
—Vamos con los demás—Respondo sin más caminando delante de él, continua en su sitio y retrocedo sin darme la vuelta, sostengo su mano y lo jalo en silencio—Vamos o nos quedaremos atrás y te asustaré cuando oscurezca estás advertido—Mi comentario lo saca del trance y ríe sin más.
—Eso sonó aterrador—Exclama observando y los observo ofendida, pero su risa me hace imitar su gesto y nuestras carcajadas hacen eco en el silencio de la tarde, por segundos nuestras miradas se cruzan y tengo la sensación que desea decirme algo, pero segundos después se arrepiente.—Hay que ir…—Vuelve a observarme y yo imito su gesto—Con el resto—Indica y aun sin separar nuestras manos caminamos en silencio.
Al llegar con los demás las separamos y comenzamos esta tarde amistosa, en el transcurso Fernanda nos cuenta que sus hermanos le ayudaron a salir a escondidas de su madre, al parecer ella teme que algo pueda lastimarla, no lo dice de esa manera tan específica, pero al verla balbucear por momento es lo que logro interpretar.
—Yo quiero de fresa.
—El mío con dos de azúcar ¡Gracias!—Río al escuchar eso últimos, los chicos fueron a los servicios higiénicos, Mara y Alicia a comprar algo caliente de tomar, si solo nosotros tomamos cosas calientes con tanto sol.—Si me sigues mirando de esa manera creer que tengo algo en la cara—Río al escuchar su comentario.
—Es que es extraño verte con nosotros—Confieso y ella sonríe con ternura—Pero me hace muy feliz que sea así, estás pálida, ¿tienes frío?—Pregunto preocupada, pero ella niega con la cabeza.
—Sophi no soy de cristal tranquila—Sonrió apenada y ella imita mi gesto—Pero si estoy enferma —Confiesa sin mirarme.—Es…—La observo sorprendida.
—¿Qué enfermedad tienes?—Ambas nos colocamos de pie asustados al escuchar unas voces masculinas, los chicos están de pie delante de nosotras totalmente confundidas, Mara y Alicia se acercan entre risas, pero estas cesan al vernos serios.
—No debí mencionarlo yo…—Fernanda baja la mirada y observo que su labio tiembla al igual que sus manos, no nos mira, pero todos la observamos en silencio.
—Tranquila rulitos, estamos contigo, somos tus amigos—Alex rompe el silencio y le abraza con fuerza y ella corresponde su gesto, esta vez los seis restantes cerramos el intento de círculo juntándonos en un abrazo. No volvimos a hablar del tema por respeto a su decisión, pero si había sido un golpe fuerte saber que una de tus mejores amigas tiene una enfermedad tan destructible como lo es la Leucemia, por fin entiendo sus faltas en clase, aquella vez que se desmayó en la clase de deportes o la otra vez que su nariz sangraba.
Siento un dolor en el pecho y aunque todos queremos ocultarlo no es posible, pero cuando comenzamos a sobreprotegerla.
—Chicos deténganse por favor—Todos nos quedamos en silencio al escucharla—No moriré ahora, no sé cuando pasara, quizás más tarde, dentro de unos días o tal vez unos años, si no les conté nada, es porque no quiero que haya diferencia, seguimos siendo los mismos amigos, sigamos como antes, yo me siento más tranquila de haberlo dicho por qué son como mi familia—Susurra y todos sonreímos observándola—Estaré bien lo prometo, así que enséñenme todo lo que se hace en las salidas de amigos que esta es mi primera vez, aún tengo una hora antes que mi madre llegue a casa. ¿Está bien?—Todos asentimos y comenzamos a charlar como antes.
Reímos y por momento tratamos de cuidarla sin que lo note, jugamos en algunos juegos infantiles, ingresamos a una sala de karaoke y ella continúa tomando agua mientras nos sonríe con dulzura.
Una hora después, cuatro chicos se estacionan frente al centro comercial y nosotros nos despedimos con un abrazo cuando Fernanda ingresa a toda prisa y prometemos verla el día lunes. Luego de recoger nuestras cosas de la casa de Noa y de Eliezer cada uno regresa a sus casas.
Noa y Mara van al lado contrario y la abuela de Alicia vino por ella y Alex decidió acompañarlas, Logan y yo decidimos tomar un autobús que nos lleve a salvo, ya que la lluvia comenzó a improviso, el silencio entre ambos no es incómodo, pero al estar casi vacío el autobús hace que los temas de conversación desaparezcan. Giro la mirada observándolo y sonrió al ver que se quedó dormido al lado de la ventana.
—Como siempre durmiendo en cualquier lugar—Susurro y sonrió porque yo también suelo hacer eso, descansa tranquilo, remuevo con cuidado algo de su cabello castaño de su rostro y lo observo curiosa. —¿Debería ser más decidida y decirte lo que siento directamente?—Pregunto en un susurro, pero al instante niego con la cabeza y sonrió regresando a mi asiento.
Con cuidado dejo caer mi cabeza en su hombro y él se remueve apoyando su cabeza en el respaldar del asiento, cierro los ojos cuando mueve su mano y esta termina sobre la mía y sonrió aunque no puede verme y de repente todo se oscurece.
—Es la segunda vez que les pasa ¡Tengan más cuidado!—Ambos nos disculpamos bajando muy rápido del bus, el conductor arranca molesto, los dos reímos por habernos quedado dormidos. Froto mis ojos y me abrazo a mí mismo por el frío de la noche, observo a mi alrededor y un recuerdo de hace unos meses regresa a mi mente al ver una cafetería detrás de nosotros.
—Este lugar otra vez—Susurra, nos observamos y volvemos a sonreír.
—¿Quieres otro chocolate caliente?—Le pregunto con diversión, asiente y ambos ingresamos en silencio, Logan remueve el asiento delante de mí cediendo el espacio y sonrió observándolo mientras susurro un «Gracias».
—Dos chocolates calientes y dos crepes por favor—Ordena y yo lo observo sonriendo—Esta vez si traje dinero—Indica jugando con su billetera y yo rio asintiendo al ver que esta se le cae y ambos nos agachamos para recogerla, pero otra vez nuestras manos se rozan y nos acomodamos en nuestro asiento en silencio.
—Puedo pagar lo mío y no es necesario que lo hagas digo sacando mi cartera, pero él me detiene.
—Esta vez lo haré yo, no por qué sienta que es una obligación, es en agradecimiento por despertarme en el autobús—Río ante su comentario y asiento burlándome.—Y porque quiero hacerlo—Susurra observándome, el revoloteo en mi estómago se hace presente y ambos sonreímos.
—Muchas gracias por la atención—Respondemos ambos en unísono mientras nos colocamos de pie.
—De nada es encantador ver una hermosa pareja joven—Ambos desviamos la mirada al instante, pero logro ver que él sonríe y eso hace que imite su gesto, ambos salimos de la cafetería y pedimos un taxi por la aplicación.
—Logan—Él mencionado me observa en silencio, aunque yo ya había cruzado la calle para adentrarme a mi casa, las palabras de Alicia seguían haciendo eco en mi mente. «¿Cuándo le dirás lo que sientes?, Él no lo hará, pero está claro que lo que sienten es correspondido.» Comienzo a caminar cortando la distancia entre ambos subiendo en la vereda de la calle. «También nosotras debemos dar el primer paso».
Nuestras miradas se cruzan y me pierdo en esa sensación.
—¿Recuerdas que te dije que me gustaba alguien?—Le pregunto sin dejar de observarlo, asiente de la misma manera—También dije que en algún momento lo sabrías—Bajo de la vereda y literalmente son solo escasos centímetros los que nos separan y me siento valiente por unos segundos.
—¿Q-quien es?—Pregunta en un susurro, bajo la mirada sintiéndome nerviosa, pero ya no puedo detenerme, necesito decírselo y las cosas no salen como mi mente las imagino, entonces podré rendirme con él, pero necesito saber.
—Tú me gustas—Confieso y observo que traga saliva, pero ambos seguimos en silencio observándonos.
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