CHASE La miré sonreír maliciosamente, ante mi afirmación. Se mordió el labio inferior y me dieron ganas de tomarla a mi manera: sin miramientos. Tan frenéticamente, que no tuviese tiempo ni de recordar que debía resollar para seguir existiendo. O mejor dicho, tan frenéticamente como para que sentirme fuese única y exclusivamente, la razón para…
EL PODER DE LA PASIÓN – «FORTUNA O MALDICIÓN»
