Ese día tomé un vuelo a Japón y de ahí me fui en tren a Nagaoka. Tardé unas horas en encontrar la dirección que decía en cada carta que me habías mandado y cuando por fin la encontré, ya era de noche. Era un edificio moderno de tres pisos, los pasillos estaban a media luz…
Fuegos artificiales

Una respuesta a «Fuegos artificiales»
[…] Escritora y lectora. Previous Post Next Post […]